viernes, 11 de diciembre de 2009

A RESUMIDAS CUENTAS...ETC.



Este artículo analiza cómo la clasificación legal y social de ciertas conductas como “sexuales” o “basadas en el sexo” dice demasiado o muy poco acerca del daño que éstas inflingen. Por un lado, dicha clasificación sobredetermina la conducta y el daño como algo sexual, y, por el otro, subvalora otros aspectos de esa conducta y ese daño que son descalificados cuando se les imprime el sello de lo “sexual”—aspectos raciales, nacionales o religiosos, entre otros. A partir de tres ejemplos (las interpretaciones que algunos antropólogos hacen de las prácticas seminales de los sambia como un tipo de “homosexualidad ritualizada,” del ataque contra el inmigrante haitiano Abner Louima cometido por oficiales de la policía de Nueva York, y de las violaciones y otros ataques perpetrados contra hombres y mujeres por soldados en la Antigua Yugoslavia) el artículo muestra cómo la noción de “prácticas sexuales” o de “crimen sexual” puede esconder discriminaciones de género, raza y religión. Con esto en mente, la autora propone un desplazamiento desde el uso jurídico discrecional de lo “sexual” hacia una revisión de la violencia desde la perspectiva del derecho internacional humanitario. No podemos, concluye el artículo, perder de vista “los usos del sexo en la construcción de los hombres, la masculinidad y las naciones y en la destrucción de las mujeres, los hombres y los pueblos.”






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