domingo, 6 de diciembre de 2009

Kamenbert y las soul nights en Castelldefels



Los Kamenbert fueron un grupo paradigmático del movimiento Mod/soulero que vivió su corta y agitada carrera a principios de de la década de los 80.


Era una Barcelona que veía como muchos grupos se reunían en baretos y, en apasionada comunión con la música que llegaba desde Inglaterra (new wave, pero también el rock de guerrilla de los Clash) y, desde el otro lado del charco (Blondie, los primeros ritmos sincopados de los Talking Heads) asestaban con orgullo trallazos de power pop de alma soul. De esa Barcelona salieron grupos como Telegrama, Brighton 64 o Los Nervios Rotos. Eran jovenes que se reunían en las mismas salas para tocar, jovenes que se encandilaban hablando de sus nuevas adquisiciones de discos de los Jam o, de alguna perla escondida de norther soul, jovenes que amaban la música por encima de todo y que aún conservaban ese sentimiento romántico de que la música podía ser un modus vivendi.


Kamenbert se formaron en Castelldefels en 1981. Hasta su disolución en 1988 fue una banda muy permeable a los cambios en sus somponentes. Tenían clara su filosofía del do it yourself y de grupo que no quería encasillarse en un género determinado y de ahí, abierto a las influencias que podían aportar otros músicos.


De aquellas febriles noches en el bar Boira, apareció su primer single en 1983 bajo el sello Casa DNI con sus dos primeros temas con títulos muy nuevaola madriñeña: "Tuve una novia psicodélica" y "Último Grito". Luego llegarían maquetas autoeditadas y, un creciente grupo de fans que gritaban y saltaban al ritmo de su pop revival (que nada tiene que ver con melancolía, por favor).


En el trasiego de idas y venidas de sus integrantes les llegó un contrato con DRO (sello "oficial" de toda aquella pleyade de grupos postpunk madrileño) y el EP "Soul Nights" en el 87.


Y hasta aquí, la azarosa vida de los Kamenbert. Y hoy, como tengo un dia asqueroso, sólo ellos me hacen ronreir.


Ésta es la portada de una injusticia discográfica que por fin se salda. Desterrar del olvido todos los temas que grabaron (en estudio y en maqueta) más tomas en directo.
El título es definitorio: Kamenbert fueron únicos, y representaron como nadie esa cuidad, Barcelona, cosmopolita y arragaida en la tradición que, con el tiempo, se tornó en una ciudad que lo cambio todo por el cartón piedra.

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